Desde 2009, la empresa estatal Birmex intenta remodelar una planta en la que invirtió más de 957 millones de pesos para producir vacunas contra la influenza, pero a la fecha –ya con la crisis de la COVID-19 encima– no se ha concluido por diversas fallas observadas por la Auditoría Superior de la Federación. Mientras, México depende la proveeduría de tres grandes farmacéuticas.
Ciudad de México, 19 de mayo (SinEmbargo).– Ante la falta de producción y autosuficiencia en México, las farmacéuticas británica GlaxoSmithKline y la francesa Sanofi Pasteur acaparan la comercialización de vacunas en México, junto con la estadounidense Schering Plough, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgo Sanitario (Cofepris) hasta febrero de 2020.
Mientras, «está abandonada» Laboratorios de Biológicos y reactivos de México (Birmex), la productora de vacunas estatal constituida en marzo de 1999, dijo a SinEmbargo la virotecnóloga Laura Palomares, investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien coordina a un grupo de científicos que está haciendo una vacuna contra la COVID-19.
Al menos desde 2006, finales de sexenio de Vicente Fox Quesada, por la dependencia a las importaciones Birmex ha padecido irregularidades con el proveedor Sanofi Pasteur. Y en 2009, en pleno brote del virus AH1N1 en el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, falló en la distribución de dosis de vacunas contra esa pandemia a las instituciones de salud, y de 2009 a la fecha, ya con COVID-19, no ha terminado de construir una planta en Cuautitlán Izcalli para producir vacunas contra la influenza, por lo que Sanofi Pasteur se encarga de ello, de acuerdo con informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Desde hace una década, el órgano autónomo fiscalizador pidió a la Cámara de Diputados asignar más recursos a Birmex para investigación e infraestructura para que esté en condiciones de producir las vacunas para su aplicación y enfrentar este tipo de emergencias.
Pero fue hasta 2019, ya en la dirección de Laura Velázquez, cuando se aumentó un 50 por ciento su presupuesto de 2 mil 731 millones de pesos en 2018 a más de 4 mil 112 millones de pesos. Para 2020 cuenta con más de 5 mil 900 millones, muestran datos de la Secretaría de Hacienda.
Aunque la compañía cuenta actualmente con ocho registros de vacuna ante la Cofepris, solo produce, según su página oficial, la vacuna contra el tétanos y la difteria, así como la antipoliomielítica y el resto solo las distribuye. Pero en territorio nacional se producen principalmente dos vacunas. La mexicana Probiomedic fundada en los 70 fabrica la que es contra la Hepatitis B y Sanofi Pasteur inicia el principio activo contra la influenza, pero la concluye en Francia, de acuerdo con Palomares.
LA PLANTA QUE NO SE CONCLUYÓ
Hasta la fecha, mientras el Valle de México atraviesa por el pico de contagios de la COVID-19, Birmex publica en su página oficial que el proyecto pretende desde 2009 consolidar una planta productiva en Cuautitlán, Estado de México, para producir la vacuna contra… la influenza, «a fin de ya no depender de la producción internacional, consolidar la producción en México y lograr ahorros de divisas importantes para el país».
Pero no se concluyó, dice el libro blanco “Asociación público privada Birmex-Sanofi (2012-2018)”. De hecho, en 2017 tuvo que demolerse y empezar desde cero. Mientras tanto, “Sanofi Pasteur sigue desarrollando los productos necesarios para la vacuna de la influenza y de los combos en sus instalaciones de Ocoyoacac, Estado de México”.
La Auditoría Superior de la Federación concluyó en una auditoría que Birmex compró por 237 millones 229 mil pesos la planta en el municipio mexiquense y gastó otros 720 millones en acciones para remodelación y equipamiento, por lo que invirtió 957 millones 356 mil pesos «sin que lograra iniciar operaciones, lo que denota falta de planeación y deficiencias en la ejecución y supervisión».
En el Programa Nacional de Salud 2007-2012 del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, se establece la necesidad de una planta para los Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex) para producir vacunas por lo que desde 2009 se elaboraron los proyectos de la ingeniería conceptual y básica del proyecto de influenza, a cargo de la empresa Jacobs de Francia. Ese año, cuando brotó la pandemia de influenza que se preveía desde 2007, solo se ejecutaron demoliciones y preparación de las áreas para la construcción de los módulos de producción de la vacuna.
De los 368 millones 171 mil pesos autorizados en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2009 para la construcción de la planta se ejercieron únicamente 93 millones 647 mil pesos, «lo cual revela una planeación inadecuada del ejercicio del gasto al disponer de mayores recursos para la adquisición de equipos que para la construcción de la planta, en virtud de que no se contaba con la totalidad de los estudios y proyectos requeridos», detectó la Auditoría Superior de la Federación, así como un subejercicio de 20 millones 604 mil pesos respecto del presupuesto modificado «sin que exista evidencia del destino final de esos recursos».
Durante marzo y julio de 2010, Birmex realizó dos procesos de licitación pública para la remodelación y adecuación en la obra civil de la planta de Cuautitlán, pero fueron declaradas desiertas «por falta de previsión respecto a la capacidad técnica necesaria», por lo que adjudicó la obra de manera directa e inició los trabajos de remodelación en octubre de 2010; «sin embargo, se detectaron diversas desviaciones en calidad y tiempos de entrega por parte del contratista, y fallas de calidad en la estructura metálica construida».
Entonces en el segundo semestre de 2011, ante la «incapacidad» de Birmex de concluir el proyecto, se suscribió un convenio de colaboración con la Dirección General de Desarrollo de la Infraestructura Física de la Secretaría de Salud, para transferir la ejecución y supervisión del proyecto.
Pero en el periodo de 2012 a 2014, «se presentaron diversos problemas» que impidieron que el proyecto de la planta de vacunas pudiera iniciar sus operaciones, entre ellos, la falta de previsión del contratista y de las empresas supervisoras para resolver la coordinación de espacios de los sistemas contra incendio y de distribución de agua, así como problemas entre la Dirección de la Secretaría de Salud y la empresa de supervisión, así como la falta de personal capacitado para la construcción y remodelación de la planta.
Todavía en el cuarto trimestre de 2014 se identificaron varios pendientes para concluirla: el área técnica debía ser desmantelada completamente y reconstruida, las esclusas de aire en el área de formulación y llenado requerían una revisión de clasificación y diferenciales de presión, las áreas técnicas y los laboratorios de control de calidad requerían ser revisados con detalle y algunas partes ser reconstruidas, las tuberías y la red de ductos no estaban protegidas adecuadamente y existía potencial de corrosión.
Ante ello, el 7 de abril de 2015 Birmex y la empresa Sanofi Pasteur acordaron un contrato de Asociación Público Privada, por medio del cual la empresa francesa realizaría las actividades asociadas con la construcción, puesta en marcha y operación, llenado y empaquetado de vacunas en la planta de Cuautitlán Izcalli (por un periodo de 15 años), para que Birmex pudiera obtener el conocimiento requerido para operar esa formulación, llenado y empaquetado, una vez concluido el periodo. El desarrollador se comprometió a concluir la planta con una inversión de 824 millones 350 mil pesos y Birmex se comprometió a adquirir la producción de más de 533 millones de dosis en esos años.
Pero el proyecto se retrasó por un periodo de 27 meses más por diversos convenios modificatorios del 1 de septiembre de 2015 al 29 de diciembre de 2017. Dado que la producción nacional de vacunas contra la influenza estaba programada para iniciarse en 2008, su incumplimiento generó un Costo Social de Espera Pública para el país de mil 523 millones de pesos de enero de 2009 a diciembre de 2017, calculó la Auditoría Superior de la Federación; su compromiso de más de 533 millones de dosis se redujo a 247 millones, y como resultado de la revisión estructural de la planta, se llegó a la conclusión de que no tenía la capacidad óptima para soportar las cargas de las instalaciones del proyecto de APP, «por lo que se acordó demolerla y construir una nueva planta, con un costo de 3 mil 040 millones de pesos».
LAS OTRAS FALLAS DE 2006, 2009 Y 2014
Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), con antecedentes desde 1921 con el Instituto Nacional de Higiene y el Instituto Nacional de Virología, fue constituida como empresa estatal el 11 de marzo de 1999. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) halló en 2006, finales de sexenio de Vicente Fox Quesada, fallas de sus proveedores en entregas de vacunas, pago duplicado sin reembolso y vacunas caducadas.
«De los 13 contratos de adquisición de vacunas seleccionados para la revisión, se determinó que en 5 casos los proveedores entregaron con atraso los bienes adquiridos o no se entregaron los bienes, sin que Birmex haya aplicado las penas convencionales pactadas en los contratos de adquisición, por lo que se presume un probable daño al erario público por un monto de 4 millones 783 mil dólares (52 millones 025 mil pesos al tipo de cambio de 10.87 pesos)», dice la auditoría.
Se trata de los contratos de alianza y representación comercial «Influenza» y «Pneumo 23», celebrados con Aventis Pasteur y Sanofi Pasteur, los días 3 de marzo de 2004 y 13 de octubre de 2005, respectivamente.
Hasta diciembre de 2007 Sanofi Pasteur no había pagado la sanción: «en los contratos GA2006/591 y GA-2006/037 adjudicados al proveedor Sanofi Pasteur se realizaron convenios modificatorios después de la fecha de vencimiento de las entregas pactadas en los 5 contratos por 2 millones 560 mil dólares sin que se aplicaran las sanciones previstas».
Además del daño al erario por más de 4 millones de dólares, «el atraso en la entrega de las vacunas del contrato GA-006/591 adjudicado al proveedor Sanofi Pasteur originó que Birmex fuera sancionado por el ISSSTE y el IMSS por 6 millones 371 mil pesos, por no entregar la vacuna en el tiempo estipulado con esos institutos», añade el informe.
Asimismo se descubrió un pago duplicado. El 3 de febrero de 2006, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) celebró un contrato con Birmex para que le suministrara 325 mil envases de vacuna triple viral (SRP) a un precio total de 588.2 miles de dólares, por lo que la empresa estatal celebró el contrato GA2006/033 con el proveedor Grit Overseas Private Limited para la adquisición de los envases a un precio total de 494.0 miles de dólares, pero éste entregó directamente al ISSSTE.
Aunque el ISSSTE pagó los 588.2 miles de dólares directamente a Grit, adicionalmente, el 10 de octubre de 2006 Birmex le «liquidó indebidamente» al proveedor 266.0 miles de dólares, «lo que ocasionó que el pago fuera duplicado». A diciembre de 2007, Birmex no había llegado a un acuerdo para que le reintegre el importe equivalente a 3 millones 917 mil pesos al tipo de cambio de ese año.
La Auditoría Superior de la Federación también observó que servidores públicos de Birmex autorizaron la recepción de vacunas con fecha de caducidad menor que la solicitada en las requisiciones de compra y en los contratos adjudicados, lo que ocasionó que el IMSS devolviera un total de mil 446 frascos con un importe de 3.7 miles de dólares equivalente a 40 mil pesos por caducidad vencida.
Además, al 31 de diciembre de 2006 el Almacén Central de Productos Terminados mantenía un total de 36 mil 520 frascos de lento movimiento, de los cuales 35 mil 737 frascos, por 265.4 miles de dólares, y 735 frascos, por importe de 55.6 miles de pesos, fueron desalojados en los meses de julio y noviembre de 2007 por presentar caducidad.
Además de la planta fallida para producir vacunas contra la influenza, el órgano autónomo fiscalizador halló que en el 2009, por la pandemia del virus de la influenza Birmex le compró por adjudicación directa 30 millones 215 mil dosis de la vacuna a Sanofi Pasteur y a Glaxo Group (GalaxoSmithKline) por 2 mil 442 millones de pesos, de las cuales vendió 28 millones 007 mil dosis a instituciones de salud a través de 14 contratos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (CENAVECE), a Servicios de Salud de Nuevo León, a Petróleos Mexicanos (PEMEX), al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y a la Secretaría de Marina (SEMAR).
Pero aunque Birmex se comprometió a realizar una primera entrega al 31 de diciembre de 2009 por 8 millones 130 mil dosis, solo entregó 5 millones 521 mil (el 67.9 por ciento), «debido a que dependía de los fabricantes de la vacuna y a sus propias limitantes, ya que no cuenta con la infraestructura necesaria para producir las vacunas y enfrentar los brotes epidémicos que se presentan en el país», observó la ASF.
El contrato de más de 2 mil millones fue con la británica Glaxo Group Limited, donde se estipuló que al 31 de diciembre de 2009 se deberían entregar 3 millones de dosis, pero se recibieron 1 millón 906 mil 500 dosis, por lo que quedaron pendientes de entregar más de un millón 093 mil dosis, por las cuales se debió aplicar la penalización y cobrar un euro por cada día de atraso (asciende a 9 euros). Se sancionó al proveedor con 15.00 euros y se recuperaron 0.2 miles de pesos.
Del contrato suscrito con Sanofi Pasteur, Inc. al 15 de diciembre de 2009 se debieron entregar 5 millones de dosis de la vacuna AH1N1; sin embargo, se recibieron 2 millones 152 mil 500 dosis y las restantes fueron recibidas el 22 de diciembre de 2009, por lo que se debió aplicar una penalización. Birmex aplicó la penalización por 602 mil 916.80 euros, y se recuperaron más de 9 millones de pesos.
Finalmente, en la Cuenta Pública de 2014, ya en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, la ASF observó que «en 45 facturas por servicios de distribución de vacunas, el precio de venta osciló entre 2.1 y 5.3 pesos, no obstante, el precio de lista autorizado por el Consejo de Administración fue de 7.5 pesos, por lo cual Birmex dejó de obtener 17 millones 423 mil pesos».
También detectó un probable daño al patrimonio de Birmex por 9 millones 148 mil pesos debido a que se tomaron del inventario 16 mil 761 vacunas para cumplir en tiempo y forma con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), ya que el proveedor informó que canjearía esas vacunas en junio de 2014, pero se constató que no se había realizado al 3 de diciembre de 2015.